¡Ay, ay, ay!

domingo, 20 de noviembre de 2011

Tengo el barco, el rumbo, la rumba y las velas
sólo me falta Ron, el Almirante.
Ya me cansé de esta larga espera
me falló el mensaje en la botella.

Ni siquiera los secretos mejor guardados
se resisten al encanto de las sirenas
es tan romántico navegar por Urano
que da igual la resaca cuando sube la marea.

Aún recuerdo las lecciones
de aquellas clases que eran sólo para mi...

Desde entonces ya no voy por la facultad
porque mi mente está dispersa en otro lugar
Desde entonces ya no voy por la facultad
porque ando buscando la manera para llegar.

A todo lo que no saben los sabios
a las flores que sólo crecen en el Edén.
Primero fui a los quintos de sus labios
y luego a los naranjos de su piel.

¡Ay, ay, ay! Esa noche me presenté sin estudiar
¡Ay, ay, ay! Ojalá suspenda para volverme a examinar.

De todas las asignaturas
en las que enseña sus caricias
hacer las prácticas por su cintura
que no se aprende sólo con teoría.

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